jueves, 10 de junio de 2010

Lo bueno, lo malo y lo feo de Lula da Silva

Irreverente
10 de junio de 2010


Lula da Silva subió a la presidencia de Brasil el primero de enero de 2003.

Está por cumplir 65 años y después de 7 años en el poder, la revista time lo eligió como el líder mas influyente del mundo en 2010.

Anteriormente, en 2008, la revista Newsweek ya lo había considerado como una de las personas más influyentes en el escenario mundial con la posición 18.

Igualmente, el diario francés Le Monde y el español El País, lo distinguieron como la «personalidad del año 2009".

Como protagonista de la década, ocupa la posición número 11 en el diario británico Financial Times.

Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas en estos 7 años, aquí un breve resumen de lo bueno, lo malo y lo feo de Lula.

LO BUENO

10 millones de brasileños se incorporaron a la clase media entre 2004 y 2008.

En 1990 la pobreza en Brasil alcanzaba el 46% de la población, en 2008 esta cifra se redujo al 26%.

Disminuyó la desigualdad en la distribución del ingreso.

La deuda externa brasileña está en un 4% del PIB, cosa que ya desearía cualquier otro país latinoamericano.

Se exporta 5 veces más que hace 20 años.

Además, se augura que en la siguiente década, Brasil podría convertirse en una fuerte potencia petrolera.

Durante este mandato, Brasil se ha convertido en una figura indispensable en las negociaciones mundiales sobre clima, energía, comercio, finanzas, desarrollo, proliferación nuclear y otros retos mundiales.

LO MALO

A Lula se le llega a considerar poco generoso para compartir su éxito con Fernando Henrique Cardoso, su predecesor presidencial.

Lula no ha hecho todo sólo, pues heredó una economía reformada, políticas sociales de vanguardia y el camino ya empezado para la recuperación económica en su país.

Además, en algún momento del pasado, lula lideró la oposición a las reformas que hoy le han valido el reconocimiento mundial.

Aunque comparte muchos ideales del socialismo con Hugo Chávez y Fidel Castro, esto no se ve reflejado en sus decisiones presidenciales.

De hecho, ha sido de los presidentes que más ha impulsado el sector privado y la inversión extranjera.

Lo malo es que sea incongruente pues dice que esto sienta las bases para el socialismo, aunque obviamente pocos le creen.

Otro punto malo es que sufre del mismo mal que todos los países latinoamericanos: alto índice de corrupción y para Lula, este no es un tema de prioridad.

LO FEO

Lula ha sido acusado continuamente de tener una doble moral y de apoyar a varios mandatarios (amigos) al cubrir y respaldar sus violaciones a la democracia y los derechos humanos en sus países.

Por ejemplo, una de estas últimas acciones fue la de obligar a que fuera excluido de la Cumbre Presidencial de la Unión Europea y América Latina el nuevo presidente de Honduras Porfirio Lobo.

Según Brasil, Porfirio no tiene las suficientes credenciales democráticas para estar en esa reunión.

¿No será más bien que para ganar la presidencia no utilizó las trampas y arbitrariedades de sus amigos Hugo Chávez y Daniel Ortega?

La contrariedad surge cuando pensamos que el mismo Lula dijo que Mahmud Ahmadineyad había ganado la presidencia iraní libremente y respecto a los que no aceptaron su triunfo dijo:

“Los que protestan en las calles se portan como díscolos hinchas de un equipo de futbol después de que su equipo pierde”.

Al mismo tiempo que él daba estas declaraciones, Ahmadineyad ordenaba la pena de muerte para algunos manifestantes.

El pasado mes de febrero, horas antes de que lula llegara a cuba murió el disidente cubano Orlando Zapata.

Un diario de Sao Paulo publicó “Lula hace negocios sobre los cadáveres”, esto porque decidió ignorar la petición de la disidencia para interceder ante los hermanos Castro.

Esto volvió a mostrar contradicciones de la diplomacia brasileña en cuanto a la protección de los derechos humanos o las libertades civiles.

Algo similar sucede en Venezuela, donde la influencia que ejerce Lula sobre Chávez jamás ha servido para aliviar un poco la situación de la oposición a Caracas.

Además, su gobierno se ha mostrado indignado porque Colombia haya permitido el uso de sus bases por parte de Estados Unidos.

Sin embargo no ha hecho pronunciamientos severos acerca de la peligrosa compra venezolana de armas rusas.

CONCLUSIÓN

Aunque el mérito del gran crecimiento brasileño no es 100% suyo, Lula sí ha tenido mucho que ver y sin duda pasará a la historia como uno de los mejores presidentes de la república.
Por otro lado, seguramente para muchos ciudadanos de sus países vecinos, pasará a la historia como el cómplice de muchas atrocidades cometidas contra sus pueblos por sus propios presidentes.

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