jueves, 24 de marzo de 2011

Situación nuclear en Japón

Irreverente
24 de marzo de 2011

El 11 de Marzo de este año, ocurrió en Japón uno de los peores terremotos registrados en Japón.

Su intensidad fue de 9 grados Richter y causó a parte de un devastador tsunami, una preocupante crisis nuclear en la planta nuclear de Fukushima.

Lo que ocurrió fue que debido a la intensidad del terremoto, hubo una pérdida de electricidad total en la planta.

La electricidad es necesaria para mantener en circulación el agua necesaria para evitar un calentamiento de los reactores.

Mientras el operador de la planta trataba de reducir la presión del núcleo, se produjo una una explosión en uno de los reactores, el Daichi 1.

Y fue ahí cuando comenzó el temor de que se fundiera el núcleo del reactor y este liberara toda su energía.

La situación se agravó con tres explosiones y dos incendios en la central que alberga 6 reactores nucleares.

La empresa encargada de la planta nuclear, comenzó a usar agua del mar para intentar enfriar el reactor.

Se han vaciado más de 18 toneladas de agua de mar en un contenedor de almacenamiento que tiene combustible nuclear usado casi en punto de ebullición.

Con el agua de mar este combustible se logró mantener en los 50 grados Celsius.

En estos últimos días se vio salir del edificio de uno de los reactores vapor blanco, que posiblemente transportaba elementos radiactivos.

Lo principal por ahora, además de evitar que salga más radiactividad es que Tokyo Electric Power Co., operadora de la planta vuelva a generar electricidad para hacer funcionar los sistemas de refrigeración.

Según expertos del Proyecto de Seguridad Nuclear del grupo Union of Concerned Scientists, el uso de agua de mar fue la primera señal de problemas pues significaba que se habían quedado sin alternativas.

Pero ¿por qué podría quedarse una planta de esta magnitud sin alternativas para afrontar este tipo desastres?

Porque no esperaban preparados para resistir un terremoto de tal magnitud y muchos menos el subsecuente tsunami.

Se sabe que el Organismo Internacional de Energía Atómica de la Naciones Unidas ya había advertido desde el 2008 a Japón que sus plantas nucleares no estaban preparadas para resistir el impacto de un terremoto intenso.

Japón respondió con la construcción de un centro de emergencia en la planta Fukushima Daiichi diseñado para responder a sismos de 7 grados.

Las plantas ya habían resistido varios sismos con niveles superiores a los que las plantas habían sido diseñadas para soportar.

Esto hace pensar en lo que podría estar pasando en otras plantas nucleares del mundo que podrían estar igualmente indefensas ante los violentos desastres naturales cada vez más comunes en el mundo.

Según la Organización Internacionacional de Eenergía Atómica, en todo el mundo hay 437 reactores nucleares repartidos en 30 países.

Estos reactores producen el 14% de la electricidad que se produce en el mundo.

Es país con más reactores nucleares en Estados Unidos con 104, le sigue Francia con 59 y Japón con 54.

En México, tan solo en noviembre del año pasado, la Secretaría de Energía anunciaba que se cuadriplicaría el potencial nuclear mexicano al construir dos terminales más en Laguna Verde, la central termonuclear mexicana.

Los procesos de licitación iniciarían pronto y General Electric y Toshiba ya mostraban interés por proveer al gobierno mexicano de los reactores necesarios para la planta en Veracruz.

Hasta ese momento se hablaba de que la energía nuclear era una excelente opción para diversificar las fuentes primarias de energía.

Ahora, después de problema en Fukushima, la canciller mexicana, Patricia Espinosa anunció que México no extenderá su programa nuclear.

Se optará por explorar otras fuentes renovables, tales como la eólica, la solar, biomasa y maremotriz.

China por ejemplo también anunció el aplazamiento de un ambicioso proyecto nuclear de 30 reactores nucleares que le permitirían reducir considerablemente sus emisiones de dióxido de carbono.

Alemania también anunció el cierre de sus 7 reactores más antiguos para evitar posibles complicaciones.

¿Evadir el uso de la energía nuclear o cerrar plantas es una solución para prevenir este tipo de desastres?

Pues resulta que la energía nuclear es muy importante para el mundo, sobre todo para los países no productores de carbón y petróleo pues les da la opción de crear su propia energía.

Las plantas nucleares no están sujetas a los cambios en las condiciones climáticas, por lo que pueden funcionar los 365 días del año sin problema.

El principal beneficio de la energía nuclear es que no requieren del uso de combustibles fósiles, así que no emiten gases de efecto invernadero causantes del calentamiento del planeta.

Cerrar las plantas de energía nuclear podría desatar el aumento de las emisiones de dióxido de carbono por la generación de energía y esto podría acelerar el calentamiento global.

Este súbito aumento en la temperatura del planeta podría ocasionar:

Sequía, derretimiento de glaciares, inundaciones, descenso de la actividad agrícola y de las cosechas, incendios forestales, extinción de especies y un aumento de tormentas y tsunamis.

LAGUNA VERDE: LA PLANTA NUCLEAR MEXICANA

La historia de la Central Nuclear de Laguna Verde se remonta a 1972, año en que los promotores de la energía nuclear planearon la construcción de una planta que tendría como objetivo producir electricidad.

Sin embargo, debido a varios retrasos, la central no estuvo lista hasta fines de la década de los 80.

El 20 de junio de 1988, la Comisión Federal de Electricidad y la empresa General Electric anunciaron el inicio de las pruebas finales de la planta.

Información publicada en diversos periódicos dio a conocer irregularidades como que General Electric fabricó para Laguna Verde un reactor Mark II, pese a que el modelo había sido descontinuado en Estados Unidos por sus fallas.

Las pruebas finales, que deberían durar 188 días, se llevaron 785 días hasta que finalmente la planta se abrió el 14 de abril de 1990.

El costo aproximado fue de 3 mil 500 millones de dólares.

Se sabe de algunos incidentes ocurridos en la planta como que en 1989 y 1990 se escapó vapor radiactivo, conteniendo Cesio 137 y Estroncio 90, debido a una fisura en la tubería de circulación principal.

En 1990 comenzó a funcionar el primer reactor nuclear de Laguna Verde y 5 años después se puso en marcha el segundo.

El 3 marzo de 2005, el reportero Israel Rodríguez informó en el periódico La Jornada que de acuerdo con el Plan de Mejoras de la Gerencia de Centrales Nucleoeléctricas de la CFE, Laguna Verde presentaba un total de 3 mil 800 problemas pendientes de resolver.

Estos problemas iban desde la confiabilidad del equipo, recarga de combustible, hasta paros y reducción de potencia no programados, lo que está asociado con 5 mil 200 acciones correctivas.

Esta planta con sus 2 reactores nucleares sólo genera 3.6% de la electricidad de México.

¿CÓMO SE MIDE EL IMPACTO DE LA RADIACIÓN EN EL ORGANISMO?

La medida que se utiliza para determinar el efecto biológico que tiene la radiación en las personas y el posible daño que les puede causar se llama “sieverts” o “rems”.

En esta escala, unos 10 milisieverts es una exposición sumamente baja e inocua y mil milisieverts es una exposición que pone a la persona en riesgo de muerte.

Las primeras mediciones realizadas en la planta nuclear de Fukushima revelaron una exposición de 400 milisieverts por hora.

A partir de Chernobil, el primer gran accidente nuclear en la historia, se comenzaron a estudiar las consecuencias en la salud de estos derrames radiactivos.

Las personas afectadas fueron expuestas a altísimas dosis de yodo-131, que se concentra en la glándula tiroides y que aumentaron en forma dramática las tasas de cáncer de tiroides en Bielorrusia, Ucrania y Rusia.

Los “niños de Chernobil” sufrieron este cáncer al consumir leche contaminada.

Un estudio británico aseguró que en 2006, a 20 años de la tragedia de Chernobil, el 40% del territorio de la Unión Europea aún presentaba altas dosis de contaminación radiactiva.

Según el científico William Soboliov, de la Unión de Chernobil, en el accidente de la planta nuclear se liberaron a la atmósfera sustancias como el cesio 137, que tienen una vida media en el medio ambiente de 30 años.

El viento es crítico en la expansión de una nube radiactiva. En el caso de Chernobil, los cambios en los vientos causaron una extraña geografía radiactiva: una parcela de tierra podía estar contaminada y la de al lado no.

¿Pero puede una nube radiactiva atravesar el océano?

La respuesta es sí, y la nube radiactiva que generó la central de Fukushima pudo cruzar el Océano Pacífico y llegar a la costa oeste de Estados Unidos.

La distancia entre Tokio y San Francisco es de tan solo 9 mil kilómetros.

Aún se desconoce la cantidad de material radiactivo expulsado por la planta de Fukushima, sin embargo se sabe que los efectos de este tipo de derrames se sufren por décadas.

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