jueves, 31 de marzo de 2011
Los niños que se enojan demasiado
Irreverente 31 de marzo de 2011 Hay muchas parejas o padres solteros que no pueden o no saben controlar a sus hijos, de la edad que sea, y estos les hacen berrinches de todo y se enojan en exceso. Algunos piensan que no son buenos padres, otros creen que es normal su enojo por la etapa en la que está, otros creen que es porque no están mucho tiempo con ellos, o porque no le pueden dar lo que piden, en fin, pueden pensar mil cosas. En ocasiones sí puede ser por la edad, pero también debemos ver que no se pueden tratar igual a uno de 2 años que a uno de 17 años, hay que saber poner límites en todas las edades, y estar al pendiente de lo que hacen y ven. Debemos concientizarnos de lo que viven los niños actualmente, lo que ven y lo que escuchan, todo esto influye en su carácter y/o temperamento. Uno de los errores que cometemos los padres es creer que ellos no entienden los problemas de uno. Los niños entienden más de lo que uno cree. Ellos se percatan de los problemas, angustias, discusiones que hay entre los padres. Recordemos que las nuevas generaciones de niños y adolescentes ya o hacen todo lo que el papá o la mamá les dice, eso quedó atrás hace mucho tiempo. Ahora los niños o los adolescentes se enojan de todo, pero sus enojos son exagerados, pues expresan su irá a través de berrinches, golpes a ellos mismos o a los demás, tirase al suelo, etc. Este tipo de actitudes no siempre indican que es falta de atención a ellos, por lo cual necesita ayuda de profesionales. Para darnos cuenta si es falta de atención hacia ellos o sólo es por su edad debemos revisar: Cuando surgen estos cambios de humor, si coincide con alguna situación diferente a su rutina (viaje, discusión, cambio, muertes, etc.), si ya no quiere ir a la escuela o ya o hace su tarea ni sus quehaceres, si pasa mucho tiempo en Internet, con quiénes plática, si cambia su forma de vestir, etc. Debemos tener presente que los niños, por más rudos que digan que son, son sensibles, y todo lo que les digamos va a influir en su presente y futuro. También debemos tener en cuenta que debemos poner un punto medio, en ponerle limites y dejarlo hacer y expresar lo que siente, es muy complicado, pero no imposible. En caso de que no haya ningún cambio notable en su manera de ser, debemos tratar de averiguar que sucede, a lo mejor no puede controlar algo nuevo: nueva escuela, cambio de casa, divorcio de padres, problemas con alguna materia o algún compañero de clases, etc. En ocasiones puede ser una sola cosa por la cual su mal humor, pero en otras ocasiones pueden ser varias cosas las que pueden influir, como: Desarrollo del ego Inseguridad Sobreprotección de los padres Disciplina exagerada Padres que titubean en sus decisiones Imitan lo que ven Demostrar que ya no es un niño y es capaz de tomar decisiones Impaciencia, cansancio y desdicha de los padres Convivir más con los abuelos que con los padres Constantes cambios de residencia y/o escuela. Vicios de los padres: alcohol, drogas, fumar, etc. Si a nuestros hijos, les enseñamos desde pequeños que son respetados, respeta; si sabe que es escuchado, escucha; si sabe que hablar vale la pena lo hará. Pero también si uno lo engaña o le miente, no toma en cuenta su decisión, se burla de él, pues o sea un niño berrinchudo o muy retraído, por eso ni muy, muy, ni tan, tan. Lo que siempre tenemos que tener presente es nunca debemos perder el control, y tratar de no ponernos al tú por tú, con nuestro propio hijo, y menos delante de desconocidos ni de familiares. Si su hijo no se controla en un tiempo considerable, o sea, unos minutos, lléveselo a otro lugar o retírese del lugar. Debe castigar a su hijo, y debe dejarle claro el porqué de éste. Defina una forma de disciplinarlo, evite el castigo físico y groserías, pues sí ocupa estas características, lo más seguro es que no entienda.
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