lunes, 14 de marzo de 2011

¿Los mexicanos estamos preparados para un desastre como el de Japón?

Innovadores y cosmopolita
14 de Marzo de 2010

¿Sabe cuánto tiempo tardó en llegar al distrito Federal el impacto del sismo de 1985 que se originó en Michoacán?

¡Tardó sólo 2 minutos! El epicentro se localizó frente a las costas de Guerrero y Michoacán, más específicamente frente a la desembocadura del Rio Balsas, a las 7:17 y alcanzó la Ciudad de México a las 7:19.

La zona centro del Distrito Federal fue la más afectada, sin embargo también hubo daños importantes en varias localidades de Michoacán, Guerrero, Colima, Jalisco, Chiapas, Veracruz, Puebla y Oaxaca.

En el centro de la ciudad las colonias más afectadas fueron Tlaltelolco, Centro, Doctores, Roma y Obrera.

Nunca se sabrá el número exacto de muertos, el gobierno reportó entre 6 mil y 7 mil, sin embargo, se calcula que en realidad hubo entre 35 y 40 mil víctimas.

No había morgues suficientes así que se improvisó el estadio de béisbol del Seguro Social para acomodar y reconocer cadáveres y utilizaron hielo para retrasar la descomposición de los cuerpos.

Se calcula que hubo más de 4 mil rescatados entre los escombros, algunos de ellos hasta 10 días después del terremoto.

Hubo unos 30 mil derrumbes y 68 mil edificaciones sufrieron daños.

Se interrumpió la mayor parte del servicio eléctrico y a los 3 días apenas se había restablecido el 38%.

Hubo escasez de agua, se destruyeron avenidas, banquetas, nos quedamos sin teléfono y este se logró restituir en su totalidad hasta marzo de 1986.

Todos estos daño ocurrieron debido a la energía liberada por el sismo que según algunos, fue la equivalente a mil 114 bombas atómicas de 20 kilotones cada una.

¿Sabe a cuántas bombas atómicas equivalió el terremoto que sacudió a Japón la semana pasada?

Su energía fue similar a la que podrían haber liberado 10 mil bombas atómicas iguales a la arrojada en Hiroshima en la Segunda Guerra Mundial.

Esta energía incluso pudo haber desplazado el eje de la Tierra 10 centímetros, dos más que el de Chile el año pasado.

El tsunami resultante de este terremoto destruyó ciudades enteras, puso en alerta a muchos países sobre tos del continente americano por los fuerte oleajes y aún mantiene a Japón en una emergencia nuclear.

Fue un sismo de 9 grados con epicentro en el Océano Pacífico y ya es considerado uno de los más destructivos de la historia.

México, al igual que Japón está situado sobre 3 placas tectónicas, al sur está la Placa Norteamericana y junto a ella la Placa de Cocos que afecta a la costa sur de México.

Bajo la costa occidental del país está la Placa del Pacífico y la colisión de estas 3 placas ha creado docenas de volcanes en México.

Al estar bajo tal cinturón sísmico, nuestra ciudad está en riesgo constante de terremoto.

La pregunta es ¿en México hemos avanzado lo suficiente, después de la experiencia de 1985, para soportar un impacto de esta magnitud?

Sin duda el país, sobre todo la capital ha hecho esfuerzos por resistir un poco más ante este tipo de desastres naturales.

Durante la década de los 90 el Sistema Nacional de Protección Civil se convirtió en una importante institución gubernamental y se crearon 16 comité de protección civil, algo que no existía en el 85.

También se instaló un Sistema de Alerta Sísmica con sensores capaces de detectar sismos de magnitud superior a 6 grados y se invirtieron millones de dólares en reforzar estructuras históricas en toda la ciudad.

Se implementaron códigos más estrictos de construcción y medidas de protección contra sismos para las construcciones nuevas.

Comenzaron a efectuarse simulacros regularmente en centros de trabajo y escuelas.

Los operadores de trenes subterráneos y de la red eléctrica, así como otros trabajadores municipales, utilizan listas de comprobación tan pronto se siente una actividad sísmica.

Las fuerzas armadas se han capacitado para auxiliar a la población en caso de emergencia en todos sentidos.

Hoy en día se cuenta también con un Atlas de Riesgos de la Ciudad de México y un Plan Permanente ante Contingencias.

¿Pero todo esto será suficiente para enfrentar una catástrofe como la japonesa? Honestamente suena dudoso.

Habría que contestarse cosas importante como:

1. ¿México cuenta con suficiente personal médico, vacunas, ambulancias, camas de hospital?

2. ¿Contamos con suficientes, bomberos, rescatistas, helicópteros, aviones?

3. ¿Existe algún depósito de alimentos que pueda asegurar el consumo indispensable para la población?

4. Aunque los adultos recordamos el sismo y tenemos cierta conciencia de este tipo de desastres, ¿sabemos qué hacer en caso de tsunami?

5. ¿El gobierno está realimente preparado para enfrentar una crisis de esta magnitud?

La respuesta a estas preguntas lamentablemente resulta negativa.

En materia de construcción, según un estudio que se realizó en construcciones chilenas que resistieron el terremoto de 8.8 grado en 2010, se concluyó que la mayoría de las estructuras en la Ciudad de México deberían ser confiables.

El problema grave de la ciudad de México es que pueden existir efectos de sitio, ya que muchos de los edificios se encuentran sobre terreno muy blando, lo cual hace que las ondas sísmicas se amplifiquen.

En teoría hay un reglamento de construcción que exige se edifique con materiales adecuados para la Ciudad de México y que haya una supervisión gubernamental de las técnicas de construcción.

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