lunes, 31 de mayo de 2010

Depresión alimentación

Innovadores y cosmopolita
31 de mayo de 2010


A veces estamos tan concentrados en la escuela o la oficina que hasta se nos olvida comer.

Y después de semanas de no comer bien y de estar tan atareados podemos llegar a sentirnos angustiados, estresados, fatigados o incluso melancólicos.

Y es que a pesar de que el cerebro sólo representa del 2 al 3% del peso corporal total, consume el 20% de la energía que extraemos de los alimentos.

Así que aunque el oxígeno y la glucosa lo mantienen vivo, son necesarios otros nutrientes para que realice adecuadamente sus funciones.

Y no sólo las funciones físicas o del pensamiento, sino también es importante un cerebro sano para tener un equilibrio emocional.

Cuando no nos alimentarnos adecuadamente, se puede producir una deficiencia de vitaminas o minerales que pueden tener manifestaciones como:

Apatía, desgano, irritabilidad, nerviosismo, cansancio, falta de atención, fallas de memoria, de concentración e incluso depresión.

Y este último es el desorden del que vamos a platicar el día de hoy.

Pero no se vaya a confundir, pues aún cuando la alimentación puede provocar o eliminar la depresión no es el único factor que existe.

Las depresiones pueden ser también un síntoma de desequilibrios emocionales o producto de ciertas condiciones ambientales o genéticas.

En tales casos, sólo la ayuda de un experto en la materia puede ayudar.

Sin embargo, tener una alimentación sana y conocer aquellos alimentos que nos ayuden a combatir enfermedades y otras afecciones es siempre útil.

La terapia de dieta contra la depresión fue sugerida por primera vez en los años 50.

Además se han hecho estudios que comprueban la relación entre lo que comemos y los procesos químicos del cerebro.

Por ejemplo algunos doctores de la Universidad de Oxford publicaron un estudio de la serotonina y sus efectos en estados depresivos.

Para ello dieron a 15 mujeres que habían sufrido depresión una bebida que no contenía ninguna proteína que produjera serotonina.

Ese día todas experimentaron angustia y se sintieron deprimidas de nuevo.

Al día siguiente tomaron una bebida mucho más nutritiva que contenía triptófano, una sustancia que ayuda a producir la serotonina cerebral.

Ese día se sintieron tranquilas y mantuvieron un estado anímico normal.

Esto comprobó que las personas propensas a la depresión incluso podrían alterarse por pequeñas variaciones en su alimentación.

Además, también se han hecho estudios que destacan que enfermedades como la bulimia o la anorexia, pueden intensificar estados depresivos.

Una dieta equilibrada útil para combatir o prevenir la depresión tener algunas sustancias básicas:

Por ejemplo: el zinc aparentemente ayuda a atacar los estados depresivos y está presente en frutas y los vegetales frescos.

El alimento más rico en zinc es la ostra.

Por otro lado, el trigo tiene alto contenido de niacina y pridoxina, sustancias que también son requeridas para las reacciones biológicas que evitan la depresión.

Estas sustancias y otras igual de fundamentales se pueden encontrar en el hígado, los frijoles, y las almendras.

Los azúcares, los cereales, las pastas, y los panes también juegan un papel clave en la lucha contra la depresión.

Estos aumentan el nivel de carbohidratos que hay en el organismo y aportan mucha energía.

Otro elemento que debe abundar en el cuerpo humano para que esté protegido contra la depresión es el hierro.

Para obtenerlo hay que comer carne de cerdo, pollo, ternera, espinacas, mariscos, huevos, hígado y riñones.

También el magnesio resulta ser de vital importancia y lo encontramos en los pescados y verduras frescas.

Los ingredientes más recomendables son:

Pastas, arroz y pan integral, frutas y verduras crudas y cocidas, carnes magras, aves, pescado, frutos secos y jugos frutales recién extraídos.

Pero además de los alimentos que nutren y favorecen el funcionamiento normal del sistema nervioso, hay otros que pueden alterar su actividad.

El estimulante por excelencia es la cafeína, un alcaloide abundante en el café, el té, bebidas de cola, el cacao y el chocolate.

El ginseng también es un potente excitante y se añade a ciertas bebidas estimulantes o se consume como complemento.

Asimismo, las bebidas alcohólicas altera al sistema nervioso porque es un potente tóxico para las neuronas.

Las sustancias estimulantes excitan pero no nutren y, aunque por momentos nos sintamos mejor, su uso prolongado puede ser dañino.

Podríamos sentirnos nerviosos más frecuentemente, estar agotados más de lo común o ser más propensos al estrés.

QUÉ COMER PARA MEJORAR NUESTRO ESTADO DE ÁNIMO

Depresión: Aminoácidos que se pueden encontrar en alimentos como la avena.

Aumentar la Energía, tranquilidad, mejorar la concentración y la memoria: Levadura de cerveza, salvado y germen de trigo (vitaminas grupo B).

Cansancio: Vitamina C, por ejemplo kiwis y cítricos.

Estrés y Ansiedad: Magnesio que se puede encontrar en la leche, yogurt o queso y frutos secos como almendras, nueces, avellanas, etc.

Tristeza: Chocolate, es un gran antidepresivo. Tiene efectos calmantes, relajantes y produce sensación de bienestar.

Mejorar el estado de ánimo: Pan Integral, aporta fibra y triptófano, hace que el cerebro libere serotonina.

Buen Humor: Mariscos, sobre todo las ostras y los mejillones que contienen un mineral llamado Selenio.

OTROS DATOS DE LA ALIMENTACIÓN Y EL CEREBRO

Investigaciones medicas vinculan la ‘comida chatarra’ con la depresión y el Alzhéimer.

Los conservadores en la comida, aditivos y grasas con la ausencia de nutrientes, tiene efectos nocivos en el funcionamiento del cerebro.

La depresión es mayor en los países donde se come pocos alimentos con Omega 3.

La falta de ácido fólico, de ácido graso omega-3, de selenio y de aminoácido triptofano se vinculan al desarrollo de esta enfermedad.

Los antioxidantes y ácidos grasos que contienen Omega 3 como los frutos secos, ayudan a aliviar la falta de sueño, ansiedad y tristeza.

La falta de grasas esenciales y de vitaminas antioxidantes también se consideran un factor que contribuye a la esquizofrenia.

Los anti-depresivos deben ir de la mano de la ayuda nutricional.

La serotonina es el químico del cerebro que nos ayuda a estar felices.

Comer carbohidratos buenos y evitar los refinados, nos ayuda a incrementar los niveles de serotonina .

Los carbohidratos saludables son: arroz, pastas, legumbres y pan integral.

Las dietas que incluyen alimentos con alta presencia de triptófano (aminoácidos presentes en las proteínas) sirven para combatir la depresión.

El desayuno es la comida más importante para los que padecen depresión.

La Leucina que se encuentra en las proteínas es importante para evitar la tristeza.

El consumir alimentos con hierro también ayuda a aliviar la depresión.

Hacer ejercicio al aire libre diariamente aumenta los niveles de endorfinas y reduce la hormona del estres (cortisol).

Comer alimentos como fresas, aguacate, espinacas, alubias lentejas y col reducen las depresiones por contener niveles de acido fólico.

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