En el artículo 11 del protocolo adicional a la Convención Americana, declara que "toda persona tiene derecho a vivir en un medio ambiente sano y a contar con servicios públicos básicos".
En México, la protección del aire fue promovida con fuerza en los 80’s, y se aprobaron numerosas normativas y políticas públicas, las cuales actualmente no se aplican y cumplen de manera integral.
La Organización Mundial de la Salud explica que México y Latinoamérica han mejorado la calidad del aire limpio para sus habitantes, pero aún les falta mucho por mejorar.
Para la OMS el límite máximo no debería superar los 20 microgramos por metro cúbico.
La medición que hace la OMS contabiliza las pequeñas partículas sólidas o líquidas de polvo, menor a 10 micrómetros, que pueden penetrar en los pulmones, llegar al torrente sanguíneo y causar enfermedades del corazón, cáncer de pulmón, asma e infecciones respiratorias.
Por ejemplo, Lima, Bogotá y Santiago de Chile están entre las capitales más contaminadas.
Lima tiene un promedio de 78 microgramos por metros cúbicos; Santa Cruz, Bolivia, 83 microgramos por metros cúbicos; Bogotá 77 microgramos por metros cúbicos; rancagua, chile, 74 microgramos por metros cúbicos; Santiago de Chile, 69 microgramos por metros cúbicos.
Mexicali, México, apunta 137 microgramos por metros cúbicos, la densidad más elevada.
De acuerdo a la organización mundial de la salud más de 14 mil muertes ocurren en el país a causa de la mala calidad del aire, de los cuales, alrededor de 3 mil muertes suceden en el Distrito Federal.
Aproximadamente unos 62 millones de persona, en México, viven en ciudades.
Hace unos meses investigadores del Departamento de Genética y Biología Molecular del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV) revelaron los resultados de una investigación de lo que respiramos en la ciudad de México.
Lo que encontraron fueron partículas sólidas o líquidas con entidades biológicas, que pueden ser virus, bacterias, hongos, ácaros o esporas de hongos, algunos están vivos, otros muertos o incluso en estado latente, como si estuvieran dormidos.
Algunas de las partículas que están en estado latente, a la hora de ser respirados pueden activarse y causar alguna enfermedad.
También descubrieron que estas partículas aumentan durante el invierno y disminuye notablemente durante la época de lluvias.
Lo que respiramos los capitalinos es ozono, monóxido de carbono, dióxido de azufre, hollín, óxidos de nitrógeno, sulfato de amonio, un poco de plomo, benceno, tolueno, varios tipos de polen y algo de heces caninas.
Hace dos décadas las concentraciones de ozono rebasaban lo permitido por la norma durante 300 y 340 días al año.
Desde 2008, los niveles de ozono no son recomendables para la salud durante 145 a 180 días al año.
Desde que en 1990 comenzaron los programas enfocados a limpiar el aire del valle de México, se ha logrado disminuir la presencia de contaminantes como el dióxido de azufre, el monóxido de carbono y el plomo
Ahora hay 97% menos de este metal en el aire, si se compara con las concentraciones reportadas en 1990, parte de esto se debe a que Pemex ha eliminado plomo de las gasolinas.
El plomo está asociado con efectos graves a nivel neurológico, el retraso en el aprendizaje y alteraciones de la conducta.
El informe 2009 sobre calidad del aire en la Ciudad de México señala que, desde 2006, las concentraciones de dióxido de nitrógeno se mantienen dentro de los valores de la norma mexicana
De acuerdo con el Centro Mario Molina, los 4 millones de vehículos automotores que circulan en la Ciudad de México generan 80% de la contaminación atmosférica de la ciudad.
El sistema nacional de información de la calidad del aire advierte que en 18 de los 32 estados del país no existen redes para medir contaminantes.
Mientras en el distrito federal sólo 15 de las 56 zonas metropolitanas difunden información sobre las partículas que existen el ambiente.
NORMAS SIN CUMPLIRSE
Existen tecnologías que reducen más de 90% de las emisiones de carbono negro de motores a diesel, pero sólo se pueden usar con diesel de ultra bajo contenido de azufre, lo cual no esta distribuido en todo el país, pese a que la NOM 086 obliga a petróleos mexicanos a introducir este combustible desde febrero de 2009.
Las normas oficiales mexicanas 042 y 044, que establecen límites máximos de emisión para vehículos ligeros y pesados para vehículos nuevos no se han actualizado en los últimos 15 años.
Recientemente se publicó la reglamentación de las acciones colectivas, que permite la legitimación de particulares y organizaciones sociales a demandar por daños ambientales, pero el mismo texto normativo presenta obstáculos estructurales para la defensa del medio ambiente.
INVITADA
• ANDREA CERAMI, ABOGADO INTERNACIONAL EN EL CENTRO MEXICANO DE DERECHO AMBIENTAL (CEMDA).
Fue coordinador del área internacional de la agrupación Asistencia Legal por los Derechos Humanos.
Ha participado en el desarrollo de estrategias de litigio nacional e internacional en casos de derechos humanos de interés público.
Es especialista en el Sistema Interamericano y en el Sistema Universal de Derechos Humanos.
martes, 1 de noviembre de 2011
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