"DEPORTISTAS DE ALTO RENDIMIENTO"

El domingo pasado terminó la décimo sexta edición de los Juegos Panamericanos, realizado en Guadalajara, y en donde participaron 5996 atletas, de 42 países, del continente americano.

Durante esto juegos se rompieron 101 récords panamericanos, correspondientes a seis deportes, de los cuales se impusieron los atletas estadounidenses con 33 records, seguidos por Colombia con 14 records.

México tuvo su mejor actuación en los juegos panamericanos al colocarse en el cuarto lugar de la tabla de medalleros al obtener 42 medallas de oro, sólo detrás de Estados Unidos con 92 medallas, Cuba con 58 y Brasil con 48.

En total, los deportistas mexicanos obtuvieron 133 medallas panamericanas: 50 bronces, 41 platas y 42 oros.

Los deportistas que compitieron en los pasados juegos panamericanos demostraron que son de alto rendimiento, una muestra es el nadador Thiago Pereira que obtuvo 12 medallas, y lo convierte en el deportista brasileño con mayor número de oros panamericanos.

Los clavadistas mexicanos conquistaron todos los oros y obtuvieron 8 preseas.

El logró de estos atletas y de todos los que compitieron en estos juegos demuestran su gran preparación física y mental, la cual no es fácil emocionalmente.

Para que los atletas lleguen a rendir profesionalmente son varios los factores que intervienen:

Genéticamente es uno de los factores, porque los padres determinaran en gran medida las posibilidades de altas prestaciones técnicas y de condiciones de aptitud física requeridas para el deporte competitivo actual.

Los hijos de deportistas tienen mayores posibilidades de destacarse que los hijos de padres sedentarios.

Otro factor que influye es el entrenamiento, teniendo en cuenta sus aspectos físicos, técnicos, táctico-estratégicos, etc.

También es importante la alimentación, teniendo en cuenta la cantidad, calidad, armonía y adecuación de la alimentación requerida por el joven deportista en proceso de desarrollo.

Otro factor que afecta a un deportista son los hábitos de vida que realiza fuera de los entrenamientos: calidad de sueño, nivel de educación, si tiene o no hábitos de fumar, beber alcohol, cuidados personales, condiciones de salud, etc.

La calidad de un deportista no sólo depende de él, sino también de las personas que las entrenan, porque contrariamente, también puede haber aspectos negativos de parte de estas personas, como especialización prematura, sobrecarga funcional, reducción del tiempo libre, presión psicológica, stress, etc.

A estas exigencias, de parte de los entrenadores, se les conoce como “síndrome de saturación deportiva” y muchas veces provocan que el joven deportista abandone sus aspiraciones.

El deporte de alto rendimiento exige una dedicación casi absoluta por parte del deportista, y no está exenta de riesgos.

En las especialidades para acceder al alto rendimiento se requiere un entrenamiento intensivo desde la infancia y adolescencia, donde parece no existir un control del esfuerzo y de la exigencia psicológica infantil.

La desventaja de un deportista de alto rendimiento es que tiene lesiones frecuentes durante sus pocos años activos.

Por ejemplo, el tenista Rafael Nadal ha declarado que “el deporte de alto rendimiento no es saludable”, y esto lo dice porque después de cada partido es raro que no tenga alguna molestia.

En cuestión de alimentos, un deportista debe ingerir lo doble que una persona normal, porque necesita mantener una condición física óptima que pueda enfrentar las exigencias de sus prácticas deportivas.

Una de los principales objetivos para los deportistas de alto rendimiento es el anabolismo, que es el proceso de formación de tejido muscular a partir de la ingesta de alimentos.

Los deportistas que no consumen las calorías necesarias presentan catabolismo, que descompone los tejidos musculares y sucede por la falta energía en el organismo, que es proporcionada por las calorías.

Por eso es necesario que beban bastante agua y bebidas isotónicas, deben evitar las grasas naturales y consumir de preferencia sólo grasas de vegetales y pescado.


INVITADA

• GABRIELA LOYOLA