Irreverente
3 de febrero de 2011
Uno de los tipos de violencia que más víctimas cobra en el mundo es la violencia psicológica.
Esto sucede porque desgraciadamente es el tipo de agresión que muchas veces podemos pasar inadvertida e incluso podemos llegar a acostumbrarnos a ser víctimas de ella.
A diferencia de los golpes que son visibles y que podemos recordar con el simple hecho de mirarnos al espejo, la violencia psicológica se puede empezar a desarrollar como un enemigo silencioso.
Se habla mucho de este tipo de violencia entre parejas, pero en realidad puede existir entre amigos, en la escuela, en el trabajo e incluso entre padres e hijos.
Cuando una persona nos hace sentir inútiles, trata de ejercer siempre el control, nos humilla, crea temor, nos amenaza, hace sentir culpables o no respeta nuestras ideas y necesidades, en realidad nos está agrediendo.
La agresión puede ser en privado o en público, pero siempre está encaminada a herir, menospreciar y controlar a la otra persona.
Desgraciadamente, como en todo caso de violencia, estas situaciones se pueden convertir en un círculo vicioso muy difícil de romper.
Uno de los casos más sonados en la actualidad acerca de la violencia psicológica afecta a los más indefensos, que son los niños y los adolescentes y se le conoce como bullying.
Cuando un niño no quiere ir a la escuela, llora, no se interesa en sus tareas, inventa excusas para faltar a clases, se muestra temeroso, no come, no hala de la escuela o es agresivo en casa podría estar siendo víctima de este tipo de violencia.
Se considera bullying el hostigamiento físico, verbal, psicológico y/o social que se ejerce de manera constante por un agresor o su grupo sobre una víctima.
Las agresiones pueden ir desde bromas pesadas, humillaciones, insultos, amenazas, apodos o rumores.
En México por ejemplo algunas de las prácticas más comunes entre compañeros de escuela son:
Bajar el pantalón a un compañero delante de la clase o en pleno recreo.
Poner apodos humillantes alusivos al físico.
Inventar rumores sexuales acerca de las compañeras de clase.
Acusar a los compañeros de cosas falsas con los maestros.
Escribir pintas ofensivas sobre algún compañero o compañera en los baños de la escuela.
Subir a internet peleas entre compañeros, fotos comprometedoras o comentarios humillantes al facebook o twitter.
Hoy en día es común que estas agresiones se magnifiquen gracias al correo electrónico y las redes sociales.
A esta nueva modalidad se le conoce como el Cyberbullying, y es una de las formas más recientes y comunes de este tipo de violencia.
El fenómeno del bullying no distingue sexo ni condición social, se da por igual en escuelas públicas y privadas.
Este comportamiento violento es persistente y repetitivo ya que puede durar, semanas, meses o incluso años.
Puede haber niños que sufran de bullying durante los 6 años de primaria o los tres de secundaria sin que nadie ponga un alto o lo reporten a un alto.
Lo más grave es cuando esta conducta es grupal, aunque generalmente hay uno que dirige la agresión.
Desgraciadamente los últimos en enterarse son los maestros debido a que generalmente los agresores se cuidan de no ser vistos y atacan en los recesos, en los pasillos, en los baños o a la hora de la salida.
Existen varios tipos de bullying:
1. Físico: empujones, patadas, agresiones con objetos, etc. Se da con más frecuencia en Primaria.
2. Verbal: es el más habitual y consiste en insultos y apodos principalmente. También se da al resaltar los defectos físicos o ser humillado en público.
3. Psicológico: son acciones que van dañando la autoestima del individuo y fomentan su sensación de temor.
4. Social: pretenden aislar al niño o joven del resto del grupo y compañeros, hacerlo sentir que está solo, que nadie lo quiere en clase, que es el apartado de la clase.
CAUSA DEL BULLYING – ¿POR QUÉ UN NIÑO AGREDE A OTRO?
1. Personales: Los agresores pueden ser niños que a su vez son víctimas de otros en la escuela o sufren de maltrato en su familia, donde puede ser agredido constantemente por adultos.
2. Familiares: El niño puede tener actitudes agresivas como forma de expresar que se siente poco querido en casa.
Muchas veces los agresores sufren de situaciones de ausencia de algún padre, divorcio, violencia, abuso de los padres o los hermanos mayores.
También pueden sufrir de constante presión por ser exitosos en sus actividades o pueden ser niños extremadamente consentidos y sin límites.
3. En la escuela: Puede ser que el agresor sea víctima de a su vez de violencia psicológica por parte de algún maestro o que lo cataloguen de niño problema o de lo presionen constantemente por su desempeño escolar.
Esto puede dar como consecuencia que éste desquite su ira con algún compañero.
LAS VÍCTMAS DE BULLYING
Generalmente las víctimas son niños tímidos y poco sociables.
Comienzan a poner pretextos para no ir a la escuela ni participar en las actividades de la clase.
Pueden comenzar a bajar su rendimiento escolar.
Sin justificación comienza a perder sus cosas o a pedir más dinero, pues muchas veces las dan a cambio de frenar las agresiones o les son arrebatadas por el agresor.
Pueden llegar con la mochila o el uniforme roto, llegar sin lentes, sin el estuche de colores o con mucha hambre pues muchas veces les quitan su comida o su dinero y no comen en la escuela.
Hay casos en los que se aprecian moretones, golpes o rasguños en la cara o el cuerpo y los justifica alegando que se cayó, que se pegó por accidente o que se lastimó el mismo.
Suelen tener cambios muy evidentes en su comportamiento, se ponen tristes o lloran con facilidad.
Constantemente tienen pesadillas, no pueden dormir o duermen demasiado y cambia su apetito.
Hay casos en que las víctimas sienten dolores somáticos, como dolores de cabeza, de estómago, vómitos.
No le entusiasman las excursiones ni los trabajos en equipo, no tiene amigos, nadie lo saluda ni se despide de él en la escuela y se angustia cuando llegan tarde por él.
Desgraciadamente muchas veces a los padres de hoy en día les es un poco más difícil detectar el cambio de comportamiento en sus hijos debido a que trabajan y muchas veces no están en casa todo el día.
Si no nos da tiempo de llevarlos al colegio o recogerlos y no estamos en casa por las tardes es bueno darse tiempo al menos una vez al mes para platicar con los maestros y ver qué pasa en la escuela.
También es útil que aunque lleguemos a casa tarde procuremos revisar la mochila y platicar con nuestros hijos acerca de cómo les fue en clase o cómo se comportan los demás con él.
CONSEJOS PARA LAS VÍCTIMAS DE BULLYING
1. Ignorar al agresor, como si no lo oyeras, ni siquiera lo mires.
2. No llorar ni mostrar que los el agresor nos dice nos afecta, eso es lo que él pretende y si logra su objetivo volverá a repetir su agresión.
3. Responder al agresor con tranquilidad y firmeza. Una frase firme o un simple “no” o “basta” puede ser la clave para dejar de ser víctima.
Hay que recordar que aunque no siempre es cierto, la mayoría de las veces aplica el refrán que dice que “el valiente vive hasta que el cobarde quiere”.
4. Si crees que puede haber peligro físico no dudes en alejarte e incluso correr hacia un lugar seguro donde haya un adulto y no te quedes callado, pide ayuda.
5. Platica con tus papás acerca del problema.
6. Si sientes que tus papás no te apoyan puedes acercarte a un maestro, al director, orientador u otro adulto al que le tengas confianza.
ESTADÍSTICAS DEL BULLYING
El bullyng afecta principalmente a estudiantes de entre 11 y 17 años.
Alrededor del 15% de los jóvenes que oscilan entre esa edad han sido víctimas o agresores de sucesos de acoso escolar.
El bullying ha provoco el suicidio a 190 niños en el 2009.
El 40% de la población escolar de primaria y secundaria, tanto en instituciones públicas como privadas del país, es víctima de bullying, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Sufre agresiones 5.7% de los alumnos de secundaria.
Actualmente más de 3,500 niños no quieren acudir a la escuela por temor al acoso de sus compañeros.
Se sabe que 40% de los actores del bullying (acosado, acosador y espectador) mejorarán sin ayuda de terapia, pero 60% no mejorarán y continuarán con este problema.
El 50.6% de los padres ignoran que su hijo está siendo objeto de agresiones, y el 67.4% se enteró por sus hijos y no por los maestros.
Entre marzo y junio de 2010 se presentaron 13 mil 633 denuncias por violencia de este tipo.
jueves, 3 de febrero de 2011
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muy buena pagina me gusta lo que escribe yo le doy un 100 muy buena siguan adelante
ResponderEliminarmuy buena pagina me gusta lo que escribe yo le doy un 100 muy buena siguan adelante
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