jueves, 17 de febrero de 2011

Microexpresión Universales y discurso mediático

Irreverente
17 de febrero de 2011

El lenguaje corporal de un político lo puede traicionar cuando está bajo presión, y si no me cree, nada más ponga atención a los debates televisados.

A nivel mundial, por ejemplo, uno de los más sonados fue el discurso de 1960, entre John F. Kennedy y Richard Nixon a través de la televisión americana.

Kennedy reflejaba vitalidad, mientras que Nixon cansancio y la poca expresividad que lo caracterizaba, esta situación fue muy costosa en términos de votos.

Y es que a veces ni ellos mismos se dan cuenta pero esos pequeños movimientos involuntarios, esos naces desde lo más profundo de sus pensamientos, están ahí, son reales y para su mala suerte, hay expertos que los detectan e interpretan.

Estos movimientos se conocen como microexpresiones y hay 7 universales, es decir que todos, absolutamente todos los seres humanos conocemos:

La ira, tristeza, sorpresa, desprecio, asco, terror, felicidad.

Estos gestos son pequeñas traiciones de nuestro semblante que pueden sacar a la luz nuestros sentimientos ocultos.

No siempre son fáciles de detectar, ya que se trata de un sutil movimiento que aparece y desaparece en una fracción de segundo.

Para facilitar su estudio, Paul Ekman, un científico estadounidense, creó el Facial Action Coding System.

Es un método para clasificar los movimientos asociados a los músculos de la cara, a los cuales agrupo en unidades de acción.

También llevó a cabo el proyecto wizards, posteriormente llamada Proyecto Diógenes que consistía en determinar qué porcentaje de la población era capaz, de manera natural, de determinar a simple vista si una persona está mintiendo o no.

Los llamados wizards que determinaba el estudio, eran aquellas personas que podían ubicar mentiras con una efectividad mayor al 80%.

El estudio reveló que apenas el 0.0025% de la población tiene esta facultad, pues de 20 mil personas estudiadas, tan sólo 50 cumplieron con el criterio.

Las 7 expresiones universales pueden reconocerse de la siguiente manera:

Tristeza: los párpados decaen mientras que las esquinas interiores de las cejas se elevan, y en extrema tristeza, se estiran aún más.

Las esquinas de los labios decaen mientras que los labios inferiores llegan a fruncirse un poco a modo de puchero.

Sorpresa: los parpados se abren junto a las cejas que se elevan, la mandíbula cae dejando la boca algo abierta.

Ira: ambos parpados (inferior y superior) se estrechan junto a las cejas. En una ira intensa, los las cejas se elevan.

La mandíbula se inclina hacia adelante; los labios se presionan, y tal vez el labio inferior se aprieta hacia arriba.

Desprecio: esta es la única expresión que aparece en un solo lado de la cara: una mitad del labio superior se aprieta hacia arriba.

Asco: la nariz se arruga y se levanta el labio superior, mientras que el labio inferior sobresale.

Terror: los ojos se abren junto a los parpados superiores, como sorprenderse pero juntando (frunciendo las cejas). Los labios se extienden horizontalmente.

Felicidad: las esquinas de la boca se deslizan en una sonrisa. Los parpados se aprietan ligeramente, las mejillas aumentan, y las esquinas exteriores de las cejas decaen.

LOS MEJORES DISCURSOS DE LA HISTORIA

1. Yo tengo un sueño - Martin Luther King, Jr.

El discurso lo leyó en las gradas del Lincoln Memorial durante la histórica Marcha sobre Washington y comenzó diciendo: “Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que será ante la historia la mayor manifestación por la libertad en la historia de nuestro país”.

“Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño ‘americano’”.

“Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.

“Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad”.

“¡Hoy tengo un sueño!”

2. Mahatma Gandhi ''El arma de la No-Violencia''
Gandhi dio este discurso al Congreso Indio el 7 de agosto de 1942 en plena Segunda Guerra Mundial sobre la ayuda al Gobierno Británico.

“Yo sé muy bien que los británicos nos tendrán que dar nuestra libertad cuando hayamos hecho suficientes sacrificios y probado nuestra fuerza. Debemos remover el odio a los británicos de nuestros corazones”.

“Yo sé que ellos están al borde del abismo, y que están casi por caer en él. Sin embargo, aún si ellos quieren cortarme las manos, mi amistad demanda que yo debo tratar de empujarlos lejos de tal abismo”.

“Esta es mi pretensión, ante la cual mucha gente puede reír, pero no me importa, yo digo que esta es la verdad”.

3. Nelson Mandela ''Nuestro miedo más profundo''

“Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Es nuestra luz, no la oscuridad lo que más nos asusta”.

“Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿quién eres tú para no serlo? Eres hijo del universo. El hecho de jugar a ser pequeño no sirve al mundo”.

“No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras. Nacemos para hacer manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros”.

“No solamente algunos de nosotros: Está dentro de todos y cada uno. Y mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo”.

“Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás."

4. Mussolini ''camisas negras''.

"¡Camisas negras de la revolución! ¡Hombres y mujeres de toda Italia! ¡Italianos, habitantes de todas las regiones del mundo, más allá de las montañas y los océanos! ¡Escuchad!”

“Una hora solemne en la historia de la patria está a punto de sonar. Veinte millones de italianos están en estos momentos reunidos en las plazas de Italia. Es la más grande manifestación de toda la historia del género humano”.

“Veinte millones de italianos, pero un único corazón, una única voluntad, una sola decisión. Esta manifestación demuestra que la identidad de Italia y el fascismo es perfecta, absoluta e inalterable”.

“Sólo cerebros reblandecidos en ilusiones pueriles o aturdidos por la profunda de las ignorancias pueden pensar lo contrario, porque ignoran lo que es la Italia fascista de 1935”.

“En la Sociedad de Naciones, en vez de reconocer el justo derecho de Italia, se atreven a hablar de sanciones”.

“Sin embargo, no podemos fingir ignorar las eventualidades del mañana. A las sanciones económicas, nosotros responderemos con nuestra disciplina, con nuestra sobriedad, con nuestro espíritu de sacrificio."

5. Ultimo Discurso de Salvador Allende, el 11 Sept 1973

“Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación”.

“Mis palabras no tienen amargura sino decepción, que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron”.

“Ante estos hechos sólo me cabe decir a los trabajadores: ¡Yo no voy a renunciar! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo”.

“Y les digo que tengo la certeza de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles y miles de chilenos, no podrá ser segada definitivamente”.

“Tienen la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos”.

“Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo. Siempre estaré junto a ustedes. Por lo menos mi recuerdo será el de un hombre digno que fue leal con la Patria”.

“El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse”.

“¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición”.


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