Humano y pasiones
19 de octubre de 2010
La medicina no es una ciencia exacta como las matemáticas o la física.
Existen muchos principios generales que son válidos la mayoría de las veces, pero cada paciente es diferente y lo que es un tratamiento eficaz para 90% de la población puede que no funcione con el 10% restante.
Por esto, la medicina es intrínsecamente experimental.
Incluso los tratamientos más ampliamente aceptados necesitan ser controlados y evaluados para determinar si son eficaces para pacientes específicos y para los pacientes en general.
La investigación clínica es el tipo de investigación que se realiza en seres humanos para conocer qué tan bien funciona un nuevo medicamento.
Se debe evaluar qué tan seguro es, qué dosis es la más adecuada, con qué frecuencia se debe administrar el medicamento, y si funciona mejor sólo ó en combinación con otro medicamento.
A estas investigaciones se les conoce también como estudios clínicos.
La inversión en investigación clínica es un factor clave para el desarrollo de medicamentos innovadores, el beneficio a pacientes y el impulso de la competitividad en nuestro país.
Actualmente, los protocolos de investigación se someten a procesos de aprobación consecutivos y burocráticos que limitan la competitividad en nuestro país.
Además rezagan el conocimiento científico en la comunidad médica, postergan los beneficios a pacientes y limitan la inversión proveniente de la industria farmacéutica.
Cada año el sector farmacéutico proporciona educación médica continua a cerca de 40 mil profesionales de la salud, apoyando su desarrollo y especialización.
Al participar en prácticas clínicas de primer nivel, los médicos obtienen puntos indispensables para acceder a niveles superiores del Sistema Nacional de Investigadores.
Al participar en protocolos de investigación clínica, los pacientes tienen acceso a medicamentos de última generación mucho antes de que se encuentren disponibles en su país de residencia.
Siendo la investigación clínica un proceso benéfico para la institución y sus pacientes, el equipo de médico que los atiende es de primer nivel.
Pfizer invierte a nivel mundial 7.5 mil millones de dólares en investigación y desarrollo, de los cuales, el 40.8% se destina a investigación clínica.
A lo largo de los últimos cinco años, Pfizer México ha invertido 33 millones de dólares en investigación clínica, de los cuáles 9 millones corresponden a 2008.
México tiene la ventaja de haber sido elegido como uno de los 40 países a nivel mundial donde concentrará su investigación clínica.
Esto le da a nuestro país el potencial para atraer una cantidad mucho mayor de recursos en este rubro.
SITUACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN CLÍNICA EN MÉXICO
Hoy en día, a nivel mundial hay un gran interés de los países por atraer Inversión Extranjera Directa destinada a investigación y desarrollo, en especial en investigación clínica.
Y es que obtener estos recursos no sólo se refleja en empleos de calidad bien remunerados, sino en oportunidades de desarrollo para los sistemas nacionales de salud.
Algo curioso en México es que a pesar de contar con tantas instituciones educativas y de salud, aún no podemos competir a nivel mundial en investigación clínica.
Pero más allá de de la calidad de los académicos o las deficientes condiciones de las instituciones de salud, la regulación burocrática frena las inversiones en investigación.
Para poder arrancar un protocolo de investigación clínica en México, el trámite tarda de seis a ocho meses, cuando en otros países como Canadá y Estados Unidos el plazo es de 30 días.
Países en desarrollo como India, Brasil, o Argentina, ya han logrado acuerdos interinstitucionales y están obteniendo millones de dólares en beneficio del sector salud.
En México, los más interesados en aprovechar esta alternativa de recursos son instituciones académicas como universidades públicas y privadas e institutos de investigación.
La inversión extranjera podría significar en nuestro país la generación de investigadores clínicos expertos y de prestigio.
Desgraciadamente las autoridades sanitarias no han entendido la necesidad de clarificar las reglas y de acortar los tiempos de aprobación para arrancar una investigación clínica.
La investigación clínica es el último paso de análisis en pacientes antes de lanzar un medicamento al mercado.
La idea que proponen los laboratorios es que para agilizar el proceso, es que los trámites dejen de ser una secuencia de aprobaciones para dar paso a los trámites simultáneos.
Para ello, se requiere que la Ley de Investigación Clínica indique claramente los tiempos de aprobación de un protocolo.
Se requiere que la Ley General de Salud tenga un capítulo donde indique los tiempos de aprobación límite de un protocolo y cuáles son los documentos o requisitos a cumplir.
A muchas empresas multinacionales con presencia en México como Pfizer, les ha sucedido que invierten hasta meses en trámites y cuando todo comienza a marchar bien, resulta que cambian al directivo y hay que volver a empezar.
Algunos piensan que las únicas beneficiadas con un cambio en la regulación de los protocolos serían las farmacéuticas internacionales, sin embargo, ellas podrían investigar en cualquier lugar del mundo.
Y una de las ventajas de que lo hagan en México es que podrían beneficiar a instituciones nacionales como la UNAM, el IMSS, el Instituto de Cardiología, de Cancerología o el Instituto Nacional de Salud Pública.
También se beneficiarían más pacientes recibiendo medicamentos innovadores gratuitos, más investigadores recibiendo capacitación y experiencia sobre lo último en tratamientos y más hospitales recibiendo recursos privados.
Los 150 centros activos que hoy tiene Pfizer en el país y que atienden a casi 2 mil pacientes podrían incluso multiplicarse.
martes, 19 de octubre de 2010
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existe algun protocolo sobre obesidad? podrias enviarme el mail la representante de PFIZER??
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