Irreverente
29 de julio de 2010
Entre las malformaciones más frecuentes en ortopedia está la hasta hace poco llamada “Luxación congénita de cadera”.
Hoy es conocida como Displasia de cadera en desarrollo.
Se le cambió el nombre porque en ocasiones la cadena es normal al momento del nacimiento pero puede presentar anomalías tardías.
La displasia de cadera es una anomalía que se da en la articulación de la misma en los recién nacidos.
Ésta se produce cuando la cabeza del hueso del fémur y la cavidad de la pelvis donde éste se aloja no encajan de una forma correcta.
Suele ser el neonatólogo quien se da cuenta de esta anomalía, ya que a todos los recién nacidos se les practica las maniobras de Ortolani y Barlow.
Estas maniobras consisten en una serie de movimientos que flexionan y abren con delicadeza las piernas del pequeño.
Con ello pueden comprobar si la articulación es la correcta o presenta una forma anómala.
Esto no siempre es suficiente para diagnosticar la displasia de cadera, así que para mayor seguridad se realiza una ecografía de las caderas.
Esta prueba puede detectar las anomalías por muy leves que sean.
Obviamente entre más temprana sea su detección la enfermedad tiene un mejor pronóstico.
Este trastorno es causado por factores inestabilizadores y desencadenantes.
Entre los inestabilizadores podemos contar:
1. Factores genéticos.
2. Factores hormonales.
3. Laxitud ligamentosa.
Entre los factores desencadenantes están:
1. Factores mecánicos: Esto se refiere a la posición intrauterina y extrauterina.
Cuando un niño nace con esta condición puede evolucionar de 3 formas:
Con una reducción espontánea sin secuelas, puede desarrollar cadera displásica o puede haber una luxación completa.
Si se mantiene luxada comienza un proceso de adaptación a la sexta semana y se pueden deformar los huesos y ligamentos involucrados.
Es por ello que las luxaciones no tratadas pueden producir cojera sin dolor en la infancia.
Después tiene cambios osteoartrósicos que provocan dolor en la edad adulta.
Cuando la cadera está subluxada puede no ser detectada hasta la adolescencia.
DIAGNÓSTICO
Después de explorar a los bebés con las maniobras de Ortolani y Barlow puede hacerse otro tipo de estudios para cerciorarse del diagnóstico.
Anteriormente se usaba la radiografía convencional, sin embargo, actualmente ha sido desplazado por la ultrasonografía.
La ventaja del ultrasonido es que no es invasivo y es válido para cualquier edad, pero sobretodo es muy útil al final del primer mes.
Es por ello que está indicado entre la cuarta y sexta semana en pacientes con factores de riesgo o cuando la exploración clínica deja dudas.
Algunos factores de riesgo son: antecedentes familiares, presentación al nacer de nalgas, gestación múltiple, desproporción pélvico-fetal.
El uso del ultrasonido casi garantiza una efectividad del 100% en el diagnóstico.
TRATAMIENTO
Si se detecta de 0 a 6 meses se usa Arnés de Pavlik y es efectivo en un 90% si el caso no es bilateral.
Este arnés hace que el bebé mantenga sus piernas abiertas y sus rodillas encogidas.
De los 6 a los 18 meses se puede hacer una reducción cerrada y yeso por 3 meses.
A partir de los 12 meses se hace una reducción abierta, es decir se opera.
ESTADÍSTICAS
Su incidencia mundial es un poco controvertida, pero se manejan cifras de entre .65 y 4 por cada 1000 recién nacidos.
Es más frecuente en las niñas. Se dan de 3 a 8 casos por cada varón.
También es más frecuente en la raza blanca que en la raza negra.
El 60% de los casos se da del lado izquierdo y el 40% del lado derecho.
jueves, 29 de julio de 2010
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