Jueves irreverente
13 julio 2011
Si hay algo que ha marcado la evolución del ser humano es la construcción de máquinas que asemejen las funciones del hombre pero en menor tiempo, con menos esfuerzo y mayor precisión.
Los conocimientos mecánicos llevaron por ejemplo a los egipcios a unir a las estatuas de sus dioses brazos mecánicos que eran manejados por los sacerdotes atribuyendo el movimiento a los dioses en cuestión.
Pero el invento del primer robot se le atribuye a james watt, quien lo inventó en 1788, para ayudar a las fábricas a mejorar su productividad controlando la velocidad y el flujo de vapor de sus fábricas.
Así empezó una nueva era de automatización de procesos industriales.
Esta búsqueda de máquinas que pudieran sustituir al ser humano en determinadas actividades llevó a la creación de los llamados “robots”.
Uno de los principales inventos dentro de la robótica fue el del brazo articulado creado por George Devol en 1954 y llamó a su proyecto manipulador o brazo artificial multiartículado.
Sin embargo, fue hasta 1975 cuando se produjo el verdadero brazo robot y su inventor fue Víctor Scheiman, quien desarrollo un brazo polivalente muy flexible.
Su nombre científico fue puma y se convirtió en la base de la mayoría de los robots que actualmente se proyectan y fabrican.
Este brazo podía hacer cualquier actividad que un brazo humano pudiera realizar de forma muy precisa.
Poco a poco fueron creándose nuevos equipos auxiliados por software sofisticado que les permitía hacer diferentes actividades.
Una de esas actividades que se vieron beneficiadas por la robótica fue la medicina.
La neurocirugía y la traumatología fueron las primeras especialidades quirúrgicas donde se utilizaron los robots.
En neurocirugía, los robots fueron aplicados en muchas intervenciones que requieren una localización anatómica exacta, mejor visualización del campo operatorio y una absoluta precisión en las maniobras.
En 1985 Kwoh realiza una cirugía de cerebro usando un robot industrial modificado para guiar un haz de rayos láser.
En traumatología y ortopedia, el Robodoc fue desarrollado para asistir a los cirujanos en la colocación de prótesis de cadera.
Empleando el Robodoc, el hueso puede ser seccionado para luego colocar la prótesis con una precisión diez veces mayor que con la técnica manual.
La cirugía cardíaca demostró interés casi de inmediato pues es un área que se beneficia demasiado al tener la posibilidad de insertar los bypass coronario con pequeñas incisiones realizadas entre las costillas.
Entre los beneficios de la robótica en cirugía cardiotorácica están el reducido riesgo de infección, la escasa pérdida de sangre, menor dolor posoperatorio, corta estancia hospitalaria y una rápida recuperación.
En urología, el primer procedimiento realizado con la asistencia del robot fue la extracción del tejido de la próstata y fue realizada en 1991.
El robot utilizado fue especialmente diseñado para este tipo de cirugía en 1989 y tenía estaba definido bajo el concepto off-line, es decir, un robot preprogramable que puede operar sin intervención de humanos.
Desde entonces, cientos de robots han sido utilizados en más de 250 mil cirugías sobre todo en Europa, América y Asia.
Los cirujanos del Memorial Hermann Hospital realizaron la primera extirpación con ayuda robótica de la glándula del timo en Texas mediante el uso del sistema quirúrgico.
El paciente sufría de miastenia grave, un trastorno neuromuscular autoinmune que afecta a más de 36 mil estadounidenses.
Uno de los robots que utilizan para las operaciones es el robot quirúrgico Da Vinci, que ayuda a que la cirugía sea más precisa y menos invasiva en la cirugía cardíaca y vascular.
El Sistema Da Vinci permite a los cirujanos realizar los más complicados y delicados procedimientos a través de pequeñas incisiones con incomparable precisión.
Otras ventajas son una significativa reducción de dolor, menor pérdida de sangre, una pequeña cicatrización, un período más corto de recuperación más corto y regreso más pronto a las actividades cotidianas.
Además, la prostatectomía Da Vinci es la elección número uno para el tratamiento de cáncer de próstata, en Estados Unidos, ya que es un procedimiento quirúrgico con mínima invasión que remueve la glándula prostática y las estructuras relacionadas cancerígenas.
Los beneficios del método Da Vinci son varios: efectivo control del cáncer, mejor y pronta recuperación de la actividad sexual, mejor y más rápida recuperación de continencia urinaria.
La cirugía ha permitido tener un alto y más largo índice de sobrevivencia que la radiación y otros tratamientos. También tiene un riesgo menor que los tratamientos de radiación en cuanto a complicaciones a largo plazo.
El uso del robot Da Vinci es también utilizado en Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, India, Japón, Países Bajos, Rumania, Arabia Saudí, Singapur, Suecia, Suiza, Reino Unido, Australia y Turquía.
El robot reproduce los movimientos del cirujano en tiempo real. No se puede programar y tampoco se dirige por él sólo.
Está cirugía sí permite brindar sensaciones al cirujano, a esto se le llama retorno de fuerza o force-feedback, que es sustituto de la sensación táctil y se aumenta gracias a la visualización mejorada que ofrece la vista tridimensional de alta resolución.
El robot Da Vinci realiza procedimientos complejos de todos los tipos a través de incisiones de 1 a 2 centímetros llamadas puertos operatorios.
Actualmente en Estados Unidos el 85% de las cirugías radicales se realizan con la ayuda de un robot.
Las cirugías con robot permiten tener una visión en tercera dimensión, a diferencia de la laparoscopía, que es en segunda dimensión.
También, el uso del robot en el quirófano permite que dos cirujanos operen simultáneamente, la visualización es mucho mejor, y los instrumentos proveen más capacidad y destreza.
Según datos aportados por Enrique Egea, jefe de línea de producto de Palex Medical, hay unos 1,700 robots Da Vinci en todo el mundo, de los cuales hay 1,266 en Estados Unidos y en Europa hay 288 robots.
También cuenta con el robot países como Argentina, Brasil, Venezuela, Puerto Rico y México.
El quirófano inteligente
Este concepto es algo que poco a poco se populariza más con avances como el control del equipo por medio de comandos de voz.
El cirujano puede interactuar con los equipos e instrumentos de la sala de operaciones, enlazarse por videoconferencia con otros cirujanos e interactuar simultáneamente y en tiempo real con un experto, aunque éste se encuentre a miles de kilómetros.
Los sistemas inteligentes y robots ya se aplican en la microcirugía endoscópica, en cirugía abdominal, cardiaca y de fertilidad.
Además ya están siendo usados en cirugía fetal intrauterina, así como en teleasistencia y teleenseñanza, ya que cirujanos expertos pueden asistir a otros cirujanos durante un procedimiento sin pisar el quirófano.
Incluso ya se están creando órganos biónicos, como corazones, arterias y extremidades, así como microrobots y sistemas biointeligentes, que se adaptan al ser humano.
También hay biochips o microcircuitos electrónicos con componentes biológicos de aminoácidos y fragmentos de ADN.
jueves, 14 de julio de 2011
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