Humano y pasiones
5 de julio de 2011
Según cifras de Organización Mundial de la Salud, en el mundo hay 123 millones de personas sordas, dos tercios de ellas viven en países en vías de desarrollo y sólo el 10% de los niños con ese problema reciben educación.
Por otro lado están las personas que no son sordas pero sí tienen deficiencias auditivas importantes que no les permiten percibir de manera correcta los sonidos.
Este tipo de deficiencias pueden darse por diferentes causas:
1. Desde el nacimiento, de forma congénita. Por cada mil niños que nacen, entre el 2 y el 3% tiene déficit auditivo.
2. Sufrir constantemente de infecciones de oído como la como la otitis o infecciones como la meningitis.
3. Enfermedades heredadas como la diabetes o alteraciones en el tímpano los pequeños cartílagos del oído.
4. Exposición a sonidos muy altos o tapones de cerumen.
5. Sordera por envejecimiento o continuos dolores de oído.
6. Ingerir antibióticos que pueden perjudicar el oído.
Hoy en día, se calcula que hay al menos unos 5 millones de niños que sufren de discapacidad auditiva por culpa del uso excesivo y a todo volumen de audífonos, televisor y videojuegos.
Esta tendencia pone en evidencia que en las nuevas generaciones el uso de las nuevas tecnologías, se puede convertir en un factor importante de riesgo para la pérdida auditiva.
El problema, sobre todo cuando las deficiencias comienzan en la niñez o la adolescencia, es que ni los niños ni los padres perciben que existe un problema al escuchar y lo confunden con distracción.´
En los bebés, por ejemplo, es un signo de alarma que después de un ruido fuerte nuestro hijo ni siquiera voltee o ni siquiera se mueva un poco si es que está durmiendo.
De los 6 a los nueve meses no es normal que el bebé no haga ruidos para llamar la atención, o no voltee cuando sus papás le hablan.
Entre el año y el año y medio el problema se puede hacer más evidente pues es común que los bebés que no escuchan bien tengan problemas para hablar pues no comprenden el lenguaje.
Es importante por ejemplo leerle cuentos o cantarle canciones para evaluar sus respuestas y darnos una idea de si de verdad nos escucha y entiende o no.
Entre más temprano se detecten las deficiencias auditivas es mejor, sin embargo, cuando estas no son muy severas, los verdaderos problemas inician entre los 3 y los 5 años, que es cuando entran a la escuela.
A esa edad es cuando muchos padres acuden al especialista porque el niño no sabe cantar y no es capaz de mantener una conversación sencilla.
Más grandecitos, cuando ya van en primaria, uno de los problemas más evidentes, pero más confundidos, es el bajo rendimiento escolar.
Que los niños se caigan constantemente o seguido choquen con sus compañeros, que no respondan cuando el maestro pasa lista, que siempre le suba a la televisión, o que eleve la voz mucho mientras habla también puede ser signo de alerta.
Pero este caso suele también darse en los adultos, quienes llegan a tardar bastante tiempo en reconocer que no escuchan bien.
Es por ello, que Connect Hearing, la red nacional de Centros Auditivos líder en México recomienda que ante cualquier síntoma se acuda al especialista para recibir el tratamiento adecuado.
¿Cómo saber que es momento de acudir al médico? Pues ellos nos dan un pequeño test que nos puede servir de indicador:
1. ¿A veces oye pero no entiende las palabras que le dicen?
2. ¿Se siente tenso porque le cuesta trabajo seguir una conversación en una reunión?
3. ¿Se le dificulta entender cuando habla por teléfono?
4. ¿Pone el volumen del radio o la televisión más alto que el resto de la familia?
5. ¿Le aturde en exceso el ruido de la calle o el tráfico?
6. ¿Le comentan seguido que no escuchó o que ya le habían dicho algo varias veces?
7. ¿Escucha zumbidos?
Si a usted le sucede algo así tal vez es momento de que vaya a alguno de los 21 centros especializados Connect Hearing en la República Mexicana.
Ellos le ofrecen consultas con especialistas que determinarán si existe o no un problema auditivo, evaluarán la severidad del caso y le ofrecerán las mejores opciones para mejorar su calidad de vida.
Después de una pequeña plática donde el paciente expone su caso, se procede a realizar un examen de oído, se realizan pruebas auditivas, y luego se procede a analizar los resultados y hacer las recomendaciones pertinentes.
En caso de ser necesario el uso de un auxiliar auditivo ellos ayudan al paciente en su proceso de adaptación hasta que su uso sea cómodo.
La característica que distingue a Connect Hearing es que manejan alta tecnología y sus auxiliares son de última generación digital.
Éstos transforman ondas sonoras en códigos numéricos, similares al código binario de una computadora, antes de ser amplificados. Estos códigos contienen información sobre el nivel y tono de sonidos.
Los auxiliares pueden programarse incluso para amplificar solo ciertas frecuencias y tienen la ventaja de que pueden adaptarse a cualquier tipo de auxiliar dependiendo de las necesidades de cada paciente.
Los diferentes tipos son:
1. Retroauricular o de Curveta: se coloca detrás de la oreja y sirve incluso para pérdidas auditivas profundas.
2. Intraauricular o Concha: Cubre la concha del oído y se utiliza para pérdidas auditivas leves hasta severas.
3. Intracanal: Se coloca dentro del canal auditivo. Generalmente son usados para sorderas leve o moderada.
4. Intrauricular microcanal. Son los más pequeños y menos visibles ya que van completamente en el canal auditivo. Se utilizan para perdidas moderadas.
RUIDOS INTENSOS PELIGROSOS
Exponernos durante bastante tiempo a 90 decibeles puede convertirse en un problema que cause la pérdida gradual del oído.
Cuando hablamos de 100 decibeles, lo recomendable es no exponerse más de 15 minutos sin protección.
Si el ruido llega a 110 decibeles, incluso exponerse más de un minuto puede provocar pérdida permanente de la audición.
Para qué se den una idea del ruido y la cantidad de decibles a los que nos exponemos les voy a dar algunos ejemplos:
La risa emite un entre 60 y 65 dB
El ruido en una oficina tranquila equivale a unos 50 ó 60 dB
El ruido del tránsito en la ciudad llega a los 80 dB
El metro y la motocicleta equivalen a unos 88 dB
Un camión de basura produce unos 100 dB
Una sierra eléctrica, 110 dB
El ruido de un antro, 120 dB
En un conciertos de rock nuestros oídos se someten a 120 o 140 dB
En el caso de los audífonos sucede un caso especial, pues 10 decibeles pegando directamente en el tímpano provocan el mismo daño que 100 dB que podríamos escuchar en la calle.
martes, 5 de julio de 2011
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