Humano y pasiones
7 de septiembre de 2010
En México tenemos un dicho muy conocido que dice “lo barato, sale caro”.
Y les digo esto porque aunque no siempre lo más caro es lo mejor, estoy seguro de que muchas veces nos ha salido como también dirían “más caro el caldo que las albóndigas”.
¿Cuántas veces ha comprado una medicina más barata de la que le recetaron y que termina alargando su convalecencia o que le hace ir a otra revisión médica?
En el mejor de los casos termina comprando la otra medicina y en el peor termina hospitalizado porque lejos de mejorar empeoró su condición.
Y esto aparte, conlleva gastos extras para el paciente, su familia y hasta para la empresa donde labora pues el enfermo se ve obligado a ausentarse de sus labores.
Pero también está el otro lado de la moneda y resulta que nos mandan una medicina carísima que nos funcionaría igual que otra un poco más económica.
Así que cómo saber qué medicina es la más adecuada para cada paciente de acuerdo a sus relación costo-beneficio, pues a través de la Farmacoeconomía.
Ésta tiene que ver con la identificación, medición y comparación de los costos y consecuencias clínicas y económicas de los productos farmacéuticos.
Surge de la necesidad de identificar qué medicamentos, en el mediano y largo plazo, pueden conseguir ahorros significativos y reales dentro de las instituciones de salud o en las finanzas personales.
Además se debe demostrar el valor clínico y económico de estos para el tratamiento de pacientes específicos.
La mayoría de países desarrollados ya hacen uso de criterios de costo-efectividad en su proceso de toma de decisiones sobre su gasto público en salud.
El uso de estos criterios de costo-efectividad han dado como resultado el desarrollo de guías que evalúan el sector salud y permiten una comparación internacional.
Pero la farmacoeconomía no se limita únicamente a las compras del sector público, sino también debe ser aplicable al bolsillo individual.
Es responsabilidad del médico elegir el mejor medicamento para el paciente evaluando también si su eficacia justifica el costo del mismo.
A veces un medicamento un poco más caro puede disminuir el gasto en medicamentos de apoyo o secundarios, incapacidades, hospitalización, consulta de segundas opiniones, etc.
Cuando se trata de hacer las evaluaciones se pueden tener en cuenta diferentes tipos de relación, por ejemplo:
1. Costo-efectividad, es la técnica más usada en farmacoeconomía.
2. Costo-beneficio
3. Costo-utilidad
4. Minimización de costos
5. Costo Consecuencia
En México, desde febrero 2003 es obligatorio presentar el estudio de farmacoeconomía para la inclusión de medicamentos en el cuadro básico nacional.
Sin embargo, en nuestro país, la Farmacoeconomíaes es aún una ciencia joven y aún hace falta mucha más educación farmacoeconómica en médicos generales y especialistas.
En general los beneficios que ofrecen los estudios farmacoeconómicos son:
1. Son una herramienta para la toma de decisiones.
2. Facilitan el proceso.
3. Establecen criterios objetivos.
4. Promueven la transparencia del proceso de toma de decisiones.
La tendencia internacional se está inclinando ya hacia este tipo de estudios de evaluación económica en los procesos de toma de decisión.
DATOS
Originalmente se empezaron a usar datos farmacoeconómicos en Australia y Ontario, Canadá.
Es obligatorio en Australia.
Ontario, Finlandia y Holanda debe haber estudios de costo-efectividad para que el medicamento sea reembolsado.
Los países que aplican el análisis farmacoeconómico son Inglaterra, Francia, España, Alemania, Italia, México.
En un estudio de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, se encontró que:
Por cada dólar adicional gastado en nuevos medicamentos en lugar de uno viejo, se ahorra alrededor de 7.20 dólares en otros costos de atención de la salud.
Otra investigación en Estados Unidos encontró que el uso de antiagregantes previno 40 mil infartos al año y ahorró 600 millones de dólares anualmente.
Según un seminario de Farmacoeconomía organizado por PfizerSe prevé que en los próximos 40 años habrá un aumento en los gastos de salud en México.
Esto debido a que mientras en el 2000 el 7% de la población era mayor de 60 años, para el 2050 se espera que este porcentaje aumente al 25%.
Es por ello que una política de salud preventiva y de educación en salud puede permitir ahorrar hasta 500 veces en gastos por intervenciones médicas.
Como ejemplo mencionan que una intervención por Accidentes Cerebro Vasculares puede costar 95 mil pesos, mientras que prevenir este tipo de accidentes cuesta entre 183 pesos y 4 mil pesos.
Un total de 8 tratamientos médicos consumen el 40% del gasto del sector público en medicamentos:
1. Cáncer.
2. Insuficiencia renal.
3. HIV-SIDA.
4. Cardiología invasiva.
5. Trasplantes.
6. Hepatitis.
7. Tratamientos hormonales.
8. Infecciones que requieren antibióticos.
Juntas suman 8 % de todas las consultas.
Según un estudio de Naciones Unidas las muertes por enfermedades del corazón, en América Latina, China y África implican la pérdida de 21 millones de años de vida productiva entre sus ciudadanos.
martes, 7 de septiembre de 2010
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Interesante entrada del Blog, gracias por compartirla. Un saludo desde mi Blog de Fármaco-economía
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