Irreverente
2 de septiembre de 2010
En 1947, la Universidad de Pennsylvania construyó la ENIAC, considerada la primera computadora electrónica del mundo.
Esta máquina ocupaba todo un sótano de la Universidad, tenía más de 18 mil tubos de vacío, consumía 200 KW de energía y requería un sistema de aire acondicionado.
A ese proyecto se integró el ingeniero y matemático húngaro John von Neumann y sus contribuciones fueron tan importantes que se le considera el padre de las computadoras.
Luego se evolucionó a la EDVAC y la idea de Neumann era permitir que en la memoria coexistieran datos con instrucciones que pudieran ser programados con códigos.
Entre 1953 y 1957 IBM lanzó 18 unidades, entre ellas la IBM 650, que usaba memoria secundaria llamada tambor magnético, antecesor de los discos actuales.
Esa fue la primera computadora que llegó a México y la historia de cómo llegó a México fue así:
En 1955 el Ing. Sergio Beltrán López le propuso al Dr. Nabor Carrillo Flores, entonces rector de la UNAM, instalar una computadora en la Universidad.
Varios investigadores se oponían porque lo consideraban un lujo innecesario, pero Beltrán se interesó en las computadoras a raíz de un proyecto entre la UNAM y la UCLA.
El grupo mexicano tenía que resolver sistemas de ecuaciones simultáneas tan complejos, que les tomó 9 meses hacerlo.
Cuando enviaron sus resultados a la UCLA, su contraparte norteamericana, verificó los resultados en menos de 3 semanas.
Esto dejó atónito al grupo mexicano, pues según sus estimaciones, se requeriría la mitad de la población estadounidense para realizar esos cálculos en tan corto tiempo.
Al preguntarle sobre este asunto al director del proyecto en UCLA, su respuesta fue que los cálculos los habían efectuado con el Cerebro Electrónico Nacional.
El Ing. Beltrán pensó que se trataba de una broma y por curiosidad, viajó a la UCLA y descubrió que el Cerebro Electrónico Nacional era una computadora.
El rector finalmente aceptó adquirir la computadora, sin embargo debido al limitado presupuesto de la UNAM, optaron por rentar una computadora.
La única condición era que ésta se volviera autofinanciable en 12 meses y de no ser así el proyecto se cancelaría.
La renta era de $25 mil pesos mensuales y la computadora ni siquiera era nueva, sino que había sido heredada de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
Así fue como el 8 de junio de 1958, abrió sus puertas el Centro de Cálculo Electrónico ubicado en el sótano de la antigua Facultad de Ciencias.
La máquina tenía capacidad para 20 mil dígitos, efectuaba mil 300 operaciones de suma y resta por segundo y funcionaba con lectora y perforadora de tarjetas.
Las primeras tareas que se le encomendaron a esta computadora fueron los de resolver problemas de astronomía, física e ingeniería química.
En agosto de 1959, se dictó el primer coloquio sobre computadoras electrónicas y sus aplicaciones y el éxito rotundo del CCE los llevó a adquirir más equipo de cómputo.
Ya para los sesentas se amplió el uso de la computadoras y se llevaron a cabo muchos proyectos como un Programa lineal para mezcla de gasolinas, para PEMEX.
También se trabajó para el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, para Nacional Financiera y General Electric.
En 1965, el CENAC crea una maestría en ciencias con especialidad en computación con la participación del Dr. Harold V. McIntosh.
A partir de ahí la computación se hizo una especialidad en el IPN, el Tec de Monterrey, la Universidad Autónoma de Puebla y la de Nuevo León.
En los setentas se comenzaron a ofrecer las licenciaturas e ingenierías en sistemas computacionales.
En 1990 surge LANIX, una empresa 100% mexicana compitiendo con grandes empresas extranjeras y que este año está cumpliendo 20 años en el mercado.
La computación y por supuesto las computadoras han seguido evolucionando hasta llegar hoy en día a formar parte de la vida cotidiana.
Es más, son indispensables en muchas ocupaciones y la computación ha pasado a ser una materia rigurosa incluso en la educación básica.
jueves, 2 de septiembre de 2010
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