jueves, 26 de agosto de 2010

La plata

Irreverente
26 de agosto de 2010


Es uno de los siete metales conocidos desde la antigüedad.

Se menciona en el libro del Génesis; y los hallados en Asia Menor e islas del mar Egeo, demuestran que comenzó a separarse del plomo al menos 4 mil años antes de Cristo.

Los principales países productores de plata son Perú y México que representan un tercio de la producción mundial.

En el 2009 Perú tuvo una producción de 123.9 millones de onza al año, mientras que México tuvo una producción de 104 .7 millones de onzas por año.

La expansión de este arte a nuestro país se dio a través de los navegantes que se trasladaban por el pacífico.

Lo cual explica el desarrollo de la metalurgia en las regiones de Guerrero y Michoacán

Además, se han encontrado pruebas de que este arte era muy importante dentro de la cultura mixteca que habitaba principalmente la región, de lo que hoy conocemos como Oaxaca.

Una de estas pruebas fue el descubrimiento de Alfonso Caso, quien en 1932 encontró la tumba 7 de Monte Albán.

Esta tumba representa la colección más impactante de objetos preciosos elaborados por esta cultura, con 121 joyas.

Y es que los mixtecas se dedicaban a plasmar primero en rocas y barro, y más tarde en metales preciosos, imágenes de culto y adoración a los dioses.

De hecho su cultura se distinguió por su labor en la orfebrería, es decir, la técnica de moldear el oro.

Los orfebres eran llamados tay tevuidzi ñuhu.

En principio culturas como la mixteca extraían los metales y los moldeaban con un martillo, lo cual era un trabajo muy exhaustivo.

Pero para ofrecer a sus gobernantes mejores diseños tuvieron que comenzar a fundir los metales y a utilizar moldes para hacer aleaciones, esto en el año mil de nuestra era.

Algunas veces en la elaboración de los collares se utilizaban otros materiales como las cuentas de caparazón de tortuga, patas de rana o colmillos de felinos.

Era común unir en collares oro con conchas de mar, lo cual representaba la unión de lo masculino con el oro y lo femenino con las conchas.

También utilizaban “narigueras”, aretes que se atravesaban entre las fosas nasales, y eran generalmente en forma de mariposa como culto al dios Xochipilli, señor de la primavera y las almas.

Por cierto, sólo los guerreros y los altos miembros de la sociedad podían engalanarse con este tipo de objetos.

Otro adorno facial eran los “bezotes” que se colocaban en el labio inferior y representaban figuras como águilas o faisanes.

En mixteco la plata se conoce con el nombre de dai nuhu cuisi es decir, “el resplandeciente blanco”

La plata se asociaba con la noche, la periodicidad, la renovación y el principio femenino.

Y era considerada lágrimas de la luna por tener que vivir separada del sol. Aunque hay quienes dicen que su verdadero amor era el mar

De hecho existe un cuento dentro de la mitología prehispánica que relata esta historia de amor.

Se cuenta que en un pueblo pequeño el mar se mantenía tranquilo por el día pero durante la noche sus olas crecían e inundaban el lugar.

Y precisamente durante la noche había alguien que lo observaba y se quedaba en vela mirando el movimiento de sus olas.

Era la luna, que a lo lejos se dejaba embriagar por el delicioso olor que desprendía el mar y sin darse cuenta… ¡se enamoró de él!

Por el dolor de un amor imposible la luna lloraba lágrimas de plata que al caer sobre los campos provocaron la cosecha más magnífica del año.

Pero esas lagrimas también cayeron sobre el mar, quien le preguntó -¿por qué lloras, amiga luna?, ¿qué te atormenta tanto, preciosidad de plata?

Y la luna le respondió: el amargo sabor de tener que vivir un amor desafortunado. Un amor no correspondido.

-¿Con el sol? ¿le has explicado tus sentimientos? Seguro que él también siente lo mismo por ti, dijo el mar.

-No… con el sol no. Es con alguien que está muy lejos de mí. Alguien que jamás podré rozar, que jamás podré besar.

Eres tú, mi amado mar. Te observo cada noche. Veo como te engrandeces cuando yo aparezco por encima del horizonte, cómo te muestras majestuoso ante la oscura noche. Y no he podido evitar enamorarme de ti y de tu grandeza.

-Pues sécate esas lágrimas. Yo sufro el mismo mal de amores. Cada noche, intento hacer un espectáculo nuevo para que tú sonrías, para que no dejes de estar enamorada de mí a pesar de la distancia.

Entonces el mar y la luna se juraron amor eterno.

Y cuando vemos la furia del mar y el oleaje crece, es cuando se acerca a ella y hacen el amor.

Otras veces la luna consigue bajar… y llega a estar en el horizonte, justo encima del mar. Besos, caricias, abrazos, y susurros enamorados se dan en ese mágico instante.

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