Hospital ABC: Libro "20 respuestas para cáncer de mama"

Humano y Pasiones
18 de enero de 2011

¿Sabe usted cuántas mexicanas mueren diariamente víctimas del cáncer de mama?
Pues en nuestro país cada día pierden la batalla 12 mujeres, lo cuál equivales a 4 mil 500 decesos al año por cáncer de mama, es por ello que ocupa el primer lugar en mortalidad femenina arriba de los 15 años.

Desgraciadamente el número podría aumentar si pensamos que las jóvenes de hoy en día llevan estilos de vida que podrían aumentar sus posibilidades de padecer esta enfermedad.

¿De qué estilo de vida hablamos? Pues de que hoy en día muchas mujeres consumen demasiados anticonceptivos y por tiempo más prolongado que antes.

También es común que tengan su primer hijo después de los 30 años de edad, no amamantan, viven más estresadas, no se alimentan bien, fuman demasiado, etc.

Aunque hoy en día la mayor cantidad de los casos diagnosticados se dan en mujeres de entre 25 y 54 años, cada vez más se han encontrado casos de jóvenes incluso menores a los 21 años.

Desgraciadamente, y a pesar de muchos esfuerzos sobre la concientización sobre esta enfermedad, aún existe un gran desconocimiento entre la población femenina sobre los peligros de esta enfermedad.

Muchas ni siquiera saben autoexplorarse los senos o se resisten a consultar con un médico especialista aún después de haber detectado algo raro y lo hacen cuando es demasiado tarde.

Esto es muy lamentable pues el cáncer, aunque no se puede prevenir, sí es curable si se detecta en etapas tempranas.

Y precisamente pensando en el desconocimiento de muchas mexicanas, el doctor Gerardo Castorena publicó un libro llamado “20 respuestas para cáncer de mama”.

Este es el primer libro escrito por un oncólogo mexicano para México y América Latina, y explica cuáles son los síntomas, las variantes que posee, los factores de riesgo, tipos de tratamiento y la necesidad una cultura de salud.

Además comparte un tema muy interesante acerca de los mitos y realidades del cáncer de mama.

Por ejemplo, el hecho de que muchas mujeres crean que los ginecólogos son los especialistas en este padecimiento, o creer que solo mujeres con antecedentes genéticos lo sufren, que no es doloroso, o que no se puede hacer nada cuando se diagnostica.

Acudir al ginecólogo o a un médico general para diagnosticar o tratar el cáncer de mama puede resultar en una atención inadecuada.

Desgraciadamente el 90% de las intervenciones de cáncer de mama las hacen ginecólogos, gastroenterólogos o cirujanos generales, lo que eleva la tasa de mortalidad.

Por otro lado, es innegable la falta de especialistas en nuestro país, pues ante el Consejo Mexicano de Oncología sólo están certificados mil 132 especialistas de los cuales apenas unos 50 atienden el cáncer de mama.

De hecho, aunque en todo el país hay 60 escuelas de medicina, muchos de sus egresados son médicos sin preparación o con mala calidad de educación que no cumple con los estándares y sin ninguna opción para su especialización.

En su libro el Doctor Castorena recomienda la auto exploración regular para detectar anomalías en los senos que pudieran ser alertas sobre esta enfermedad, como son:

Asimetrías destacadas.
Cambios en la piel.
Heridas o hendiduras.
Bultos.
Secreciones en los pezones.
Una mayor cantidad de venas en la mama, entre otras.

También aclara que los implantes de seno, de glúteos o pantorrillas, en los cuales Brasil ocupa el primer lugar, seguido por México y Colombia, son realmente inofensivos y no provocan problemas de salud, siempre que sean efectuados por especialistas
Los tratamientos para el cáncer de mama consisten en cirugía, radioterapia, quimioterapia y hormonoterapia, por separado o combinados, de acuerdo con el estado en que se encuentre el tumor.

MITOS Y REALIDADES DEL CÁNCER DE MAMA

MITO: El especialista indicado para tratar lo relacionado con el cáncer de mama es el ginecólogo.
REALIDAD: Esto es falso y una creencia peligrosa, pues los ginecólogos no tienen la preparación necesaria en enfermedades mamarias. El especialista correcto en enfermedades benignas y malignas de los senos es el oncólogo.

MITO: Sólo las mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama corren riesgo de padecerlo y sólo cuenta la rama materna.
REALIDAD: Falso, en la mayoría de los casos, en México no existe factor hereditario, sin embargo, en los casos de factor genético, cuentan los antecedentes de ambos padres.

MITO: El cáncer de mama es la misma enfermedad en todos los casos.
REALIDAD: Es falso, el término cáncer de mama engloba una serie de enfermedades con presentación, comportamientos, diagnóstico, tratamiento y pronóstico similares, pero no iguales.

MITO: La mayoría de las bolitas que aparecen en la mama son cancerosas.
REALIDAD: Falso, más del 80% de las bolitas que se pueden palpar son benignas como fibroadenomas o quistes que no requieren tratamiento. Es necesario que esto lo determine un oncólogo.

MITO: Las mujeres propensas a desarrollar quistes son más propensas al cáncer de mama.
REALIDAD: Falso, cualquier mujer es propensa al cáncer de mama, lo que sí es cierto es que las múltiple bolitas en los senos puede dificultar la autoexploración y detección de un tumor.

MITO: El cáncer de mama siempre se presenta como un tumor palpable.
REALIDAD: Falso, una bolita palpable no es la única forma de diagnosticar el cáncer, se puede detectar el cáncer antes de formar un tumor, en etapas tempranas por medio de la mastografía o ultrasonido.

MITO: El riesgo de tener cáncer de mama va disminuyendo con la edad.
REALIDAD: Falso. El riesgo según la edad es el siguiente:
Menor de 30 1 en 2212
De 30 a 40 1 en 235
De 40 a 50 1 en 54
De 50 a 60 1 en 23
De 60 a 70 1 en 14
De 70 a 80 1 en 10
80 en adelante 1 en 8

MITO: Tienen mayor riesgo las mujeres de senos grandes.
REALIDAD: Falso. El tamaño de la glándula mamaria no tiene relación alguna con el riesgo de cáncer. Lo cierto es que un seno pequeño es más fácil de palpar y la detección de anormalidades sería más fácil.

MITO: Usar sostén con varillas metálicas incrementa la posibilidad de tener cáncer de mama.
REALIDAD: Falso. No hay fundamento científico. Se ha demostrado que la ropa interior o lo apretada que esté no influye en el desarrollo de cáncer.

MITO: Las mujeres con prótesis mamarias son más propensas al cáncer de mama.
REALIDAD: Falso. Esto se ha estudiado por décadas y no se ha encontrado ninguna relación. La mujer que desarrollará cáncer de mama lo hará con o sin prótesis.

MITO: Los desodorantes y antitranspirantes causan cáncer de mama.
REALIDAD: Se han hecho muchos estudios científicos y hasta el momento no se ha encontrado una relación directa, si esto fuera cierto, todas las mujeres que usan estos productos padecerían cáncer de mama.

MITO: La cafeína incrementa el riesgo de padecer cáncer de mama.
REALIDAD: El té, el café y los refrescos de cola tienen sustancias llamadas xantinas que estimulan el sistema nervioso y pueden ocasionar dolor en los senos, sin embargo no hay relación entre esto y el cáncer de mama.

MITO: El uso de anticonceptivos hormonales eleva el riesgo de cáncer de mama.
REALIDAD: Esto fue verdad en los 70, cuando las pastillas anticonceptivas tenían alta concentración de hormonas, hoy en día el riesgo ha disminuido gracias al avance farmacológico.

MITO: Amamantar puede producir cáncer de mama.
REALIDAD: No existe relación entre ambas cosas, de hecho se considera la lactancia como un factor protector, aunque no amamantar, tampoco eleva los riesgos.

MITO: Realizarse una mastografía antes de los 40 es peligroso.
REALIDAD: Falso, simplemente sucede que el tejido mamario de las mujeres más jóvenes es más denso, sobre todo si no han amamantado, así que los rayos x de una mastografía no podrían penetrar el tejido y se tendría una visualización deficiente.

MITO: La radiación de una mastografía es peligrosa si ya se padece cáncer.
REALIDAD: Es cierto que hay radiación en la mastografía, pero es mínima y el riesgo es muy pequeño comparado con los beneficios del estudio.

MITO: La detección del cáncer de mama es una sentencia de muerte.
REALIDAD: Actualmente la mortalidad depende del avance de la enfermedad, así que entre más pronto se detecte hay más posibilidades de curarse gracias a los avance médicos.